martes, 29 de junio de 2010

Crónicas del festival Esturión 54 v2.0

No cabe duda: Fue el mejor evento musical de nuestro municipio de la última década, con perdón de Bisbal, Juan Pardo, Estopa y los Romeros de la Puebla. 

Imagen del público asistente al evento


Por supuesto contó con la diligencia organizadora de nuestra asociación, Andacultura, desde la que procuramos engrasar la máquina para cubrir las necesidades de un evento de este tipo. Gracias al trabajo, sobre todo, de nuestro presidente, Miguel Rodríguez, que lo dirigió todo desde el principio hasta el final, de Samuel Sánchez, que encabezó el apartado técnico, de Diego Fernández Grau, que se encargó de la difusión, la cartelería y la decoración, de Fernando Jiménez y Antolín, algunos de los sufridos montadores que, junto a otros, soportaron una larga y sudorosa jornada abrasiva de sol, a los taquilleros, que fuimos muchos, y seguro que no hago justicia recordándolxs a todxs. Cómo no, también a los patrocinadores, que fueron tantos que alguien recordó que el cartel parecía el coche de Fernando Alonso. También al Ayuntamiento de Coria del Río, que nos cedió el uso del Centro Cultural de la Villa, que en el fondo es de todxs nosotros, y al cual exhortamos a que tome buena nota de que la cultura en nuestro pueblo puede emerger voluntaria y gratuitamente, sin necesidad de subvenciones dificultosas, ni de caer en desfasados folclorismos, y al que recordamos que con su apoyo incondicional podríamos hacerlo muchísimo mejor.

Marcos Hamsah Peñalosa de los Canijos sin fronteras

Por supuesto, no podemos olvidar a los grupos, que pusieron la música al evento, haciendo del mismo una auténtica fiesta y celebración del (re)encuentro, del buen clima, de la cultura, y de nuestro pueblo. 
Comenzaron los Canijos sin fronteras, con su toque irreverente, sureño y bandolero, despertando los ánimos del público cuando el sol y la calor comenzaban a decaer. 

 Daniel Mata durante el concierto

Le siguió el cante y la guitarra de Daniel Mata, como cantautor solitario, cantando en clave de humor a las desdichas del mundo. Luego tomó el escenario la Milkyway Express Band, que fue una revelación en nuestro pueblo, un éxito, con su envolvente música folky norte-americana. La explosión la protagonizó nuestra Banda del Tigre que, reconduciendo la buena disposición del público, nos hizo saltar como locos al ritmo de su música mestiza. Y nos dieron las dos, y se acabó, como todo lo bueno, encantados de haber vivido y protagonizado un festival como el nuestro, modesto, campechano, voluntarioso, pero de una frescura, intensidad, y clima, como ninguno.

Algunos miembros de La Banda del Tigre (menos el de la izquierda), antes de revolucionar el festival

Y el año que viene más. A un mes de haberlo finalizado hemos tomado nota para hacerlo todavía mejor la próxima vez, a la que por supuesto, estamos todxs invitadxs.